Investigadora UNAB trabaja en plataforma de apoyo diagnóstico para identificar enfermedades de base genética

La Dra. Nicole Nakousi, es la única genetista de la Región de Valparaíso, y es además investigadora asociada del ITISB-UNAB. Actualmente, es la directora alterna del proyecto Fondef “Plataforma de apoyo diagnóstico para la identificación de enfermedades neurológicas pediátricas de base genética a través de un sistema de recomendación basado en machine learning”.

Una de las claves para la comprensión de las enfermedades de base genética ha sido entender por qué se producen. Las Enfermedades Poco Frecuentes (EPOF), raras o huérfanas son enfermedades cuyo umbral de prevalencia es bajo y en Chile corresponde a patologías con menos de 5 casos por cada 10 mil habitantes. El mayor desafío que presenta el desarrollo de nuevos tratamientos para EPOF, es la falta de conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad, el pequeño número de personas que padecen este tipo de patologías, su dispersión geográfica y la tardanza en el diagnóstico. Para profundizar en un tema sensible que afecta a más de 1 millón de personas en el país, y alrededor de 68 mil personas sólo en la Región de Valparaíso, entrevistamos a la única genetista de la Región de Valparaíso, Nicole Nakousi, quien trabaja en el Hospital Carlos Van Buren de esta ciudad, es investigadora asociada del Instituto de Tecnología, Innovación, Salud y Bienestar (ITiSB- UNAB), que depende la Facultad de Ingeniería UNAB, y directora alterna del proyecto Fondef “Plataforma de apoyo diagnóstico para la identificación de enfermedades neurológicas pediátricas de base genética a través de un sistema de recomendación basado en machine learning”, adjudicado por este Instituto.

¿Con cuáles estudios cuentan los especialistas para abordar las enfermedades de base genética en nuestro país? ¿Qué tan avanzados se encuentran estas investigaciones a nivel mundial y particularmente en Chile?

Existen varias aristas y la primera es en cuanto a la generación del conocimiento porque existen diferencias a nivel nacional e internacional. A nivel internacional hay estudios muy importantes. Ha tenido mucha atención de parte de los centros de investigación y están las tecnologías que nos han permitido aumentar exponencialmente el nivel de conocimientos que tenemos sobre genética. En cambio, en nuestro país la mayoría de la información que tenemos proviene de estudios realizados a un subgrupo de la población que tiende a ser EE. UU. y Europa.

Nuestra fuente local es el reporte de casos, uno a uno, eso es algo que cuesta mucho en enfermedades raras. Cuesta encontrar un grupo de personas significativo para hacer estudios. Las enfermedades raras son un grupo gigante de condiciones y la forma en que uno se aproxima a estas enfermedades es conociendo a una persona que la padece. En Chile hay más de un millón de personas, eso es entre el 6 a 8% de la población, y el único registro que tenemos de pacientes con enfermedades raras lo hicieron ellos mismos, es decir los pacientes a través de un formulario de Google.

¿Cómo abordan desde el ITISB UNAB esta realidad de más de 1 millón de personas en el país con enfermedades de base genética?

En Chile somos sólo 35 genetistas. La mayoría está en Santiago. Hay muy pocos en regiones. Cuesta que un colega no genetista sospeche de una condición genética. Asimismo, cuesta que se deriven estos casos. A esto se suma el tiempo de espera, mientras el paciente está sin diagnóstico. No es de extrañar que la misma FECHER (Federación Chilena de Enfermedades Raras) señale en sus registros que la mayoría de los pacientes demoran entre 1 y 3 años en obtener un diagnóstico. Un segundo grupo demore más de 10 años en ser diagnosticado (21%) y un tercer grupo tarde más de 19 años en conocer cuál es su enfermedad.

A eso se debe añadir que los pacientes deben viajar, pasar por otros especialistas, exámenes, incluso intervenciones, antes de tener un diagnóstico definitivo.

Si uno sólo quiere ver el lado económico, 3 personas con enfermedades raras gastan casi lo mismo que 700 pacientes con otro tipo de enfermedades frecuentes. Si uno junta a todos los pacientes con enfermedades raras los gastos serían 3 a 5 veces más de lo que se gasta en población con otro tipo de enfermedades y está comprobado a nivel internacional.

¿Por qué decidió trabajar con este tipo de pacientes?

Porque es un grupo de personas con muchas necesidades y quiero hacer algo por ellos. Es innegable que desde el punto de vista de las políticas públicas es un subgrupo que me parece muy estratégico para ser intervenido. Si uno los diagnostica tempranamente se ahorra el 40% de los gastos (horas cama, exámenes, especialistas, etc).

Asimismo, en términos de salud mental, si se diagnostican antes los casos de enfermedades de base genética es mejor. Porque el efecto y el impacto que tiene ese diagnóstico genético en la persona es muy fuerte y ellos ya vienen con una carga pesada de tiempo, de tratamientos, económica y emocional.

La mayor parte de los pacientes se conmueven hasta las lágrimas, y no es porque uno les entrega el diagnóstico. Al saber su enfermedad, ellos sienten que están cerrando una etapa. Representa un alivio y a los padres de pacientes se les quita la culpa, que es algo no menor sobre todo en las mamás. Ellas dicen “fue algo que hice o dejé de hacer durante el embarazo”. Es importante visibilizar, informar, queda muchísimo por hacer.

Y para nosotros como sistema de salud se vuelve más clara la visión, se nos abren todas las puertas, pasaste de estar improvisando o reaccionando, a ver un camino y un panorama a corto, mediano y largo plazo. Nosotros podemos actuar coordinadamente con otros especialistas, podemos prevenir, organizar.

¿Cómo se costean en nuestro país los exámenes si se desea acceder al diagnóstico genético? ¿Existe alguna ley, por ejemplo?

La ley Ricarte Soto y el Ges cubren alrededor de veinte enfermades raras. Sólo algunos exámenes genéticos tienen código Fonasa y son bastante básicos.

Los exámenes que son más amplios, porque tenemos exámenes con secuenciadores que nos permiten mirar los 23 mil genes en un solo análisis y otorgan mucha información con un solo ensayo. Esos son los más resolutivos, sobre los que más se ha investigado. Se ha comprobado que estos exámenes logran reducir de forma significativa esta odisea diagnóstica. En vez de estar muchos años con diferentes especialistas, el diagnóstico se resuelve en un solo examen. Es un tipo de tecnología importante que no se hace en Chile y no tiene ningún tipo de cobertura.

Afortunadamente trabajo en un hospital donde hemos logrado hacer licitaciones con laboratorios en el extranjero, pues se ha entendido la importancia y utilidad de estos exámenes, y es increíble la cantidad de diagnósticos que estamos manejando. Han aumentado los tratamientos que hemos instaurado, se han perfeccionado aspectos acerca de la prevención, además de las vidas que hemos salvado. Es muy distinto a lo que teníamos hace diez años.

En materia de políticas públicas ¿en qué nivel nos encontramos en esta materia? Se conversó con el Minsal sobre la posibilidad de retomar un registro de enfermedades raras. Se requiere una inversión y una visión para la adquisición de estos equipos secuenciadores que mencioné. Si buscas información que justifique una inversión en la materia esta existe. Hay suficiente evidencia científica e investigación que hacen necesario la creación de un registro de enfermedades raras y la adquisición de equipos.

Creo que sería ideal que fuera una iniciativa nacional unificada porque de nada sirve tampoco que cada hospital tenga su propio secuenciador, ya que sería extremadamente costoso. A través de estos equipos mientras más análisis haces, más bajo es el costo por examen por tanto sería conveniente una organización nacional respecto a esto, un poco similar al registro de enfermedades metabólicas, pues así se lograría unificar una cantidad importante de pacientes que padecen enfermedades de base genética en el país. Ojalá esos equipos estuviesen en la provincia, porque todo suele estar centralizado en Santiago.

Ojalá que como comunidad nos hagamos cargo. Que sea todo guiado por la necesidad de los pacientes. La OMS, la ONU, la Unión Europea han hecho mesas de trabajo y guías, planteando que el desarrollo de políticas públicas debería ser orientado por principios de responsabilidad social. La innovación debería ser una prioridad por la necesidad de los pacientes y no por intereses particulares.

PLATAFORMA DE APOYO DIAGNÓSTICO

Usted es la directora alterna del proyecto ¿En qué consiste esta plataforma? ¿Cómo se sistematiza la información y los datos en la plataforma que ustedes desarrollan? El propósito de esta App no es diagnosticar sino ser un apoyo al especialista que esté utilizando la aplicación y en este proyecto puntual es para uso de neuropediatras. Seleccionamos de las 7 mil condiciones genéticas posibles un subgrupo de condiciones que son las más frecuentes en la población local y que tienen que ver con el área neuropediátrica que es un universo más pequeño y atacable.

En cuatro años que llevo en el hospital Van Buren he trabajado muy de cerca con ese equipo y creo entender un poquito lo que necesitan y cómo piensan y esta App es un producto personalizado, dirigido a neuropediatras que trabajen en hospitales públicos y desde la realidad de la salud pública en el país. Hicimos policlínico conjunto con un neuropediatra para conocer sus inquietudes, cuál apoyo requieren, qué necesitan saber, cuáles son sus preguntas más frecuentes.

La idea es que el colega pueda poner la información que normalmente recupera de una evaluación inicial y la App le entregue sugerencias dentro de todas las posibilidades diagnósticas basadas en toda esa información como por ejemplo qué tipos de exámenes clínicos se pueden realizar. Esta App será como un genetista de bolsillo que le ayude a avanzar lo más posible y que cuando ya no pueda avanzar más derive al paciente al genetista.

Yo espero que como genetista la cantidad de evaluaciones sean menos y de mejor calidad así no se atasca mi lista de espera haciendo cosas que puede resolver el médico tratante. La idea es empoderar al médico para que avance en la caracterización clínica antes de usar un recurso que es muy escaso y construir sobre lo que el colega ya hizo. Es un apoyo, jamás va a reemplazar al genetista.

La comunidad que se dedica a investigar sobre las enfermedades genéticas es súper generosa poniendo toda la información disponible en bases de datos pública y afortunadamente hay un repositorio. Lo que nosotros estamos haciendo de novedoso es mezclar las bases de datos, traducirlas a la realidad de nuestro país y relacionarlas de tal forma que para el colega sea un todo en uno, que no necesite saber inglés o conocer toda la terminología técnica que maneja un genetista para que así el médico tratante pueda avanzar.

¿Cuál es la realidad de las enfermedades de base genética en nuestra región? Por ejemplo, en sus estudios acerca de anomalías congénitas y neonatos con Síndrome de Down, ¿son las más comunes? ¿Cómo las aborda en su práctica cotidiana como especialista?

El síndrome de Down es la más frecuente. La condroplasia (enanismo) también es muy frecuente mientras que otras pasan desapercibidas como variantes genéticas que predisponen al cáncer, no se ven, pero se pueden manifestar como las arritmias. A mí me llegan pacientes derivados con discapacidad intelectual, trastornos del neurodesarrollo, epilepsia, trastornos del crecimiento, principalmente niños.

Yo veo a los pacientes por mucho tiempo, es una experiencia muy particular, porque a veces se cree que las enfermedades genéticas se van a pasar con el tiempo, pero no, es una condición que te acompaña toda la vida.

El estudio piloto se realiza en el Hospital Van Buren en Valparaíso. ¿Qué esperan lograr?

En el Van Buren se va a probar la plataforma y ahora estamos en fase de desarrollo. El estudio más amplio contempla analizar qué tan completas y avanzadas o qué tan atingentes eran las derivaciones de los pacientes desde neurología hasta el genetista. Evaluar todas esas solicitudes, ver la calidad y compararlas antes y después del uso de esta herramienta y si con esta se logró que las derivaciones a genetistas fuesen más avanzadas, pertinentes y justificadas. Y que cuando la evaluación llegue al genetista sea mucho más resolutivo (esto porque los pacientes llegan al genetista y aún le faltan exámenes para armar un diagnóstico, y la próxima hora es dentro de un año, es decir se pierde un año antes de entregar un diagnóstico definitivo).

Finalmente, ¿Cuál cree que será el principal aporte de este proyecto para el área de la salud?

La idea es acortar ese aviso de diagnóstico. Disminuir la angustia e incertidumbre que tenga el paciente esperando, por ejemplo, un año para un diagnóstico. Nuestra intención es que esta App se perfeccione, sea útil y ojalá se replique en todas las regiones del país. Que sea una herramienta que sirva a nivel nacional porque la escasez está en todas las partes de Chile.

Escrito por Magaly Acosta Oviedo, ITISB UNAB.

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